Sábado 19 de agosto del 2017. 12:00 de la mañana. Llegamos a Calgary, allí nos está esperando Marian, una compañera del viaje que ha llegado poco antes que nosotros y Carlos, nuestro guía de Muntania.
A lo largo del día irá llegando el resto del grupo, vamos a ser 10 personas más Carlos. Viajamos en distintos vuelos y vamos a ir llegando a lo largo del día, así que Carlos nos acerca al hotel y quedamos con él dentro de tres horas para ir a cenar a casa de su familia Canadiense. No se muy bien a quien se refiere, pero suena bien. Nos vamos los tres a comer al centro de Calgari, es mejor plan que esperar en el hotel.
Desde mi punto de vista, Calgari es una ciudad bastante moderna, aunque claro, estamos en un país que este año celebra el 150 aniversario , y 150 años a mi me parece bastante poco. Vengo de una ciudad en la que tenemos un acueducto de más de 2000 años.
Bueno, Calgari, es una ciudad con pasarelas entre edificios, me llama la atención, muy pintoresco, lo que se lo curran los canadienses para estar confortables cuando llega el invierno, el invierno aquí tiene que ser duro.
Comemos una hamburguesa al más puro estilo americano, con una cerveza, después damos una vuelta por la ciudad y volvemos al hotel. Al final la ciudad se asemeja bastante al concepto que tenía de ciudad americana.
Allí ya están esperando casi todos los compañeros del viaje, así que nos montamos en la furgoneta y Carlos nos lleva a la casa de Bert, su familia canadiense, allí nos cuenta que es una persona que conoció en España, Bert hacía el camino de Santiago, Carlos le ayudó un par de días y desde entonces son familia. Bert nos abre su casa y nos invita a cenar. Nos sentimos un poco amedrentados, esto en España no se hace, pero nos gusta el detalle, al final nos sentimos muy a gusto. Cenamos hablando de viajes y terminamos viendo mapas de los sitios que vamos a visitar.
A lo largo de la cena va llegando los últimos rezagados del grupo. Ya estamos todos.
El domingo nos levantamos, cogemos furgoneta y nos vamos a hacer la primera ruta, hoy tenemos como invitados especiales a Bert y a su mujer, que le apetece pasar algo más de tiempo con 11 españoles que han cruzado medio mundo para conocer su país.
La primera ruta es bastante tranquilita, quizás lo que me llamó más la atención es que todo el mundo va con un bote de spray rojo colgado de la mochila, o en el cinturón, o en un bolsillo de la mochila de rápido acceso. Es el spray de pimienta, por si nos cruzamos un oso, este es un país de osos. Encontraremos a lo largo del viaje muchos carteles que nos lo recuerda. Los carteles, las papeleras “anti-osos”… los osos están presentes en todos lados.
El ya famoso spray anti osos es un spray de pimienta, no suele haber problemas, pero por seguridad hay que llevarlo, es algo así llevar casco cuando escalas. Nunca hace falta, pero hay que llevarlo. Nos cuentan que el tiempo de reacción si te encuentras a un oso mosqueado es de cinco segundos. En cinco segundos pasas de tener un oso muy lejos a tener un oso encima. En esos cinco segundos tienes que sacar el spray, quitar el seguro, apuntar al oso y disparar cuando lo tengas a menos de metro y medio. Muchas cosas para hacer en cinco segundos. Me da la impresión de que los que llevan el spray en un bolsillo de la mochila lo van a pasar muy mal si llega el oso.
Al acabar la excursión nos tomamos una cerveza con Bert y nos despedimos, nos vamos a nuestro hostel en Banff.
Empieza la aventura! Carlos nos expone como nos vamos a organizar, la mayoría de las cenas son en hostel, así que tendremos que cocinar nosotros mismos. Nos propone hacer turnos de lavar cacharros y de cocinar. Dos personas cocinas, y las dos personas que cocinen el próximo día limpian. Parece una buena organización. Y así lo hicimos casi todos los días. He de reconocer que la gente se lo curro muchísimo. Tuvimos una dieta bastante variada. Y no recuerdo ninguna noche que cenáramos mal. Incluso estaban buenas las algas que nos hizo Carlos!
Desde este día iniciamos una rutina que consistía en desayunar, coger la furgo, ir a un centro de interpretación y visitar algún sitio espectacular.
Lo primero que me impresionó de Canadá fueron sus bosques. Que arboles tan grandes! Parece que en este país todo es a lo grande. Los bosques, lo árboles, los vehículos…
Bueno, todo no, lo glaciares se veían pequeñitos, no quiero decir que los glaciares de España sean más grandes, que no es cierto, pero la primera impresión al verlos es compararlos con los glaciares de Alpes, con Chamonix, el glaciar de Bossons, o los glaciares del Monte Rosa. Con el tiempo cambié de opinión. Hay glaciares espectaculares en Canada, el campo de hielo de Columbia, por ejemplo, quizás nubló mi criterio el que veía el hielo desde lejos, mientras que el de Alpes lo había pisado durante muchas horas haciendo rutas interminables.
Fue espectacular el ver el Angel Glacier, un glaciar colgado, con su lago lleno de bloques de hielo. También fue espectacular el campo de hielo, aunque lo viéramos de lejos, y el Iceland Trail en el parque de Yoho.
Otra cosa que personalmente me impresionó es la fauna. Íbamos con el sueño de ver un oso. Todo el mundo te dice que si vas a Canadá verás osos, o al menos que puede ser que veas osos. Y el último día del viaje vimos un oso. Pero más allá que el oso, también vimos mucha fauna. Ciervos, alces, marmotas, patos, perdices…. Recuerdo que estábamos volviendo del Sentinel Pass, en el parque de Banff, cuando vimos en directo los ciervos, ya los habíamos visto desde el coche, en algún cruce de la carretera, mientras íbamos en marcha y había un cristal entre medias.
Pero en ese momento estaban ahí mismo, como a dos metros. Todos parados, mirándonos unos a otros. En España es impensable. Son fauna salvaje! Y estaban apenas a dos metros! Al cabo de unos minutos perdieron el interés por nosotros y se fueron. Cuando dijeron que podríamos ver fauna no creí que se refieran a esto. La verdad es que la fauna nos ha ido acompañando a lo largo de todo el viaje.
En conclusión, puedo decir que ha sido un viaje que me ha gustado mucho, muy completo, y distinto. Estamos encantados, ha cumplido todas las expectativas.
Si tuviera que destacar algo sería la riqueza natural que tiene este país y se ve en este viaje, lo amable que es su gente, y los compañeros de viaje que hemos tenido.
Muchas gracias a Muntania, a Carlos y a todos los compañeros de viaje.
Raquel y Carlos