Primeras impresiones de Georgia y su capital
Georgia, mezcla de culturas y religiones que conviven en armonía, de hecho es uno de los países más seguros del mundo. Tiene una gran diversidad y riqueza cultural, puesto que ha sido invadida en múltiples ocasiones a lo largo de la historia por diferentes pueblos que codiciaban su valiosa tierra y su enclave estratégico, en plena ruta de la seda. Es un país que ha conseguido mantener su espacio y sus arraigadas tradiciones, como los bailes y los cantos. Es curioso y habitual ver a grupos de amigos que se juntan a cenar y entonan preciosas canciones a varias voces que te devuelven al pasado.
Tiene mucha tradición vinícola, dicen que fueron los primeros en elaborarlo, junto con los griegos, y utilizan la piel de la uva en fermentación con la que destilan su famoso chacha (vodka de alta graduación). Los georgianos son bastante hospitalarios, ya que el visitante para ellos es “un regalo del cielo”.
Comenzamos el recorrido por la capital de Georgia, cuyas aguas termales dan nombre a Tbilisi, que significa Agua Caliente, y que nos ha sorprendido. Es una ciudad verde y rodeada de colinas, tranquila pero llena de vida, donde comercios y restaurantes abren todo el día y hasta bien tarde. Tbilisi destaca por sus contrastes, con multitud de monumentos antiguos y muy bien conservados, como la fortaleza Narikala del siglo IV, y sus características casas con balcones de madera tallados, pero tiene a su vez varios llamativos edificios de estilo modernista. El río Mtkvari atraviesa la ciudad, y es especialmente bonito pasear por la noche y ver todos sus monumentos iluminados con muy buen gusto. Es recomendable usar el transporte público o desplazarse en taxi (por menos de 3€ puedes moverte por toda la ciudad), ya que el tráfico es bastante caótico.
A mediodía subimos a lo alto de una colina para visitar el Monasterio de Jvari, lugar emblemático por ser donde la Santa Nino instauró el cristianismo colocando una cruz de madera atada con sus propios cabellos, y desde el que hay unas vistas increíbles de Mtsketa y de la confluencia de los ríos Aragvi y Kurá.
Comemos en Mtsketa, villa con encanto de calles empedradas que fue la antigua capital de Georgia. Visitamos la espectacular catedral de Svetitskhoveli del s.XI que alberga un montón de historia y leyendas, y donde dicen que fue enterrada la túnica de Cristo. Merece la pena recorrer el entorno de la catedral, rodeada de árboles, fuentes, y pequeños puestos de artesanía y delicias culinarias.
Volvemos a Tbilisi a cenar en un restaurante de comida típica georgiana: Churchkhela (nueces hiladas recubiertas de una masa de harina y zumo de uva), Khinkali (empanadillas al vapor rellenas de carne que se comen con la mano), Khachapuri (pan u hojaldre relleno de queso fresco, huevo u otros ingredientes) Fjali (pudings de nueces con diferentes verduras como espárragos o remolacha), guiso de ternera, higaditos de pollo, cerdo a la brasa, y patatas encebolladas, acompañados de quesos artesanales..) mientras disfrutamos de bailes y canciones georgianas.
Nos vamos a las montañas del norte
Amanecemos en Tbilisi con un día bastante nublado y ponemos rumbo a una zona montañosa en el norte. De camino hacemos una paradita de media hora para ver el castillo de Ananuri del s.XVII, y disfrutar de unas bonitas vistas al embalse de Jinvali, al salir nos probamos los típicos trajes georgianos elaborados con lana de oveja.
Continuamos la ruta hasta adentrarnos en una zona montañosa, y hacemos una parada rápida en la estación de esquí de Gudauri, ahora cerrada, con más de 50 km esquiables. Desde un mirador de forma semicircular y coloridos frescos que construyeron los rusos, divisamos las montañas con algo de nieve en las cimas que cayó hace un par de semanas.
Tres horas y media desde nuestra salida de Tsibili, llegamos a la región de Kazbegi, donde se encuentra el monte con este mismo nombre, de 5.047m. y su vista nos acompaña en todo el ascenso hasta el Monasterio de Gergeti a 2.170m de altitud, al que llegamos en algo menos de dos horas. Se recomienda el ascenso por el sendero de la izquierda y no por el que atraviesa la pista forestal cruzando un pequeño bosque. Para personas que no quieran caminar, hay numerosos todoterrenos que suben hasta el Monasterio por 50 laris ida y vuelta (16€). El día ha despejado y nos permite ver con claridad la espectacular cima del Kzbegi y los glaciares que lo circundan.
Ya volviendo, a escasos kilómetros, cogemos el desvío a Juta, adentrándonos en un increíble valle casi intacto, y atravesando pequeñas aldeas de ganaderos hasta llegar a una pista forestal de unos 5 kilómetros que tendremos que recorrer hasta alcanzar Juta. Se recomienda ir en todoterreno, es una pista expuesta en algunos tramos, y con riesgo de avalanchas cuando hay nieve. En invierno la cierran.
Juta nos ha fascinado, es un valle precioso y alpino, recorrido por un pequeño río que se aprecia al fondo del barranco. La aldea la forman apenas diez casas, entre las que hay un hotelito, y algún bed & breakfast. Allí nos llama la atención un macizo rocoso con grandes paredes verticales y corredores de nieve y hielo. Hablando con los habitantes locales, que nos invitan a un chupito de Chacha (vozka que elaboran artesanalmente) y unos pastelitos caseros, descubrimos que se trata del monte Chaukhi (3.842m). Sin duda, un sitio mágico y recóndito donde disfrutar del trekking, alpinismo y del esquí de travesía.
Parque Nacional de Borjomi Kharaguali
Amanecemos en Tbilisi con un día espléndido. Ponemos rumbo al oeste para visitar Borjomi, uno de los parques naturales más grandes de Europa con una extensión de 85.000 hectáreas principalmente de bosque. Paramos en el centro de interpretación del parque para informarnos de las diferentes rutas. Tiene algunas cabañas repartidas en diferentes emplazamientos que nos permite realizar itinerarios de varios días de duración con capacidad de 12 personas, por 15 laris por persona (6 euros) y hay que llevar saco de dormir. Hacemos una ruta circular de media jornada (4h) de 9km.
Comenzamos la ruta ascendiendo por un denso bosque de abetos, robles y hayas. De camino nos cruzamos con alguna huella de lobo y de oso; Borjomi tiene la mayor colonia de osos de Eurasia. Al llegar a la parte más alta, el bosque se abre y se pueden apreciar las vistas del valle y a una cordillera que llama nuestra atención. Comenzamos un pronunciado descenso de 700 metros de desnivel por un bonito camino boscoso.
Al terminar la excursión nos dirigimos a Bakuriani, que cuenta con una estación de esquí Alpino y esquí de fondo para echar un vistazo a la cordillera que hemos visto desde lo alto, llamada Samsari, para explorar la posibilidad de rutas de esquí de travesía. Desde Barkuriani nos desviamos a la derecha por una pista que nos acerca a Samsari disfrutando de un paisaje maravilloso de extensos bosques de hayas y montañas por doquier allá donde dirijas la vista. No terminamos la pista porque no está asfaltada y es demasiado larga, los accesos no son muy buenos.
Ciudad en la roca de Uplistsikhe y bodega de Chardakhi
Un nuevo y soleado día en Tbisili. Partimos nuevamente hacia el oeste para visitar Uplistsikhe, a 75 km de la capital. Se trata de una antigua ciudad excavada en la roca en el primer milenio antes de Cristo. Realizamos la visita recorriendo la pequeña ciudad tallada en roca arenisca durante 45 minutos, con una guía de habla inglesa que nos describe como era la vida en este lugar emplazado en un acantilado rocoso en la rivera izquierda del rio Kurá.
Al terminar la visita nos dirigimos a Chardakhi, para ver la elaboración tradicional del vino en vasijas de barro subterráneas (denominadas Krevi), método que en 2013 pasó a ser patrimonio de la UNESCO y su famoso chacha (vodka elaborado con la piel fermentada de la uva) en la bodega Iago Winery. Para los visitantes que vayan en septiembre, cuando se recolecta la uva, podrán vivir la experiencia de pisarla. La pequeña y artesanal bodega, esta regentada por una pareja de abuelitos encantadores que nos preparan una deliciosa comida casera que regamos con sus vinos y licores de elaboración propia.
Parque Nacional de Lagodekhi.
Salimos de Tbilisi en un día nublado y lluvioso hacia el Parque Nacional de Logodekhi, donde llegamos tras unas 3h de viaje en coche. Paramos en el centro de interpretación a la entrada del parque, donde un chico que habla perfectamente inglés nos explica las diferentes opciones de rutas, tanto a pie como a caballo y que cuentan con refugios para 12 personas al final de las diferentes etapas, con camas, pero sin cocina y para los que hace falta llevar saco de dormir. El precio por persona sería de 15 laris, y la opción de alquilar caballos costaría 50 laris por persona, más 50 laris diarios para el guía. Realizamos un paseo de mínima dificultad, adentrándonos en un bosque mágico, que ahora en otoño ofrece una gran variedad de colores, y con altísimas hayas, tilos, fresnos y arces cubiertos de hiedra.
Nos dirigimos hacia una cascada para lo cual tenemos que atravesar el río pasando por un tronco caído, ya que el agua en esta época baja con bastante fuerza. Íbamos con la idea de realizar una barbacoa pero el día húmedo no nos lo permite y antes de llegar a la cascada volvemos a la entrada deshaciendo el camino. Nos sorprende que en todos los parques nacionales está permitido hacer fuego, pero es una tradición georgiana muy arraigada que las autoridades no se atreven a prohibir.
LUGARES A VISITAR
Svaneti
Es probablemente una de las regiones más espectaculares del país, con impresionantes paisajes de altas montañas cubiertas de nieve, profundos desfiladeros, colinas boscosas e increíbles valles. Rodeado de picos de hasta 5.000 metros, Svaneti es la región más elevada del Cáucaso habitada por el hombre. Hace dos mil años se asentó allí el pueblo de los Svan que levantó cientos de torres durante la época medieval y que componen un paisaje único donde parece haberse detenido el tiempo. Mestia, centro administrativo de Svaneti, cuenta con decenas de casas medievales, torres de vigilancia y manantiales de agua mineral. Entre su patrimonio cultural cabe destacar los pueblos de Legami, Lanchvali y Lekhtal, su Museo de Historia y Etnografía, o la Casa-Museo del escalador Mikhail Kherhiani.
En Svaneti encontramos el pico más alto de la nación de Georgia, Shjara, con 5.203 m, el tercero más alto del Cáucaso, y la montaña Ushba (4.710m) considerada la más bella y difícil de la cordillera, también conocida como la Reina del Cáucaso.
Parque Nacional de Tusheti
Tusheti es una de las regiones más fascinantes, al noroeste de Georgia, en la que destaca una naturaleza salvaje formada por profundos cañones recorridos por ríos y estrechos puertos de montaña. El paisaje está compuesto principalmente por praderas alpinas y sub-alpinas, bosques de pinos. Al viajar por las aldeas de Tusheti, parece haberse detenido el tiempo o haber retrocedido a la Edad Media, por sus casas de piedra y torres de vigilancia.
Para llegar hasta Tusheti hay que atravesar el paso de Abano, con una altura de casi 3 000 metros sobre el nivel del mar, por una carretera que está incluida en 100 carreteras más peligrosas del mundo. Las aldeas principales son: Shenako, Diklo, Dartlo, Parsma, Jvarboseli. Estos pueblos sólo están accesibles en los meses de verano, ya que en las duras condiciones del invierno y la escarpada ruta de acceso hace que se vacíen en durante el otoño o se queden aislados al cerrar la carretera. La aldea principal de Tusheti es Omalo, a 1.880 metros sobre el nivel del mar y está dividida en 2 partes: Omalo vieja, que alberga la fortaleza Keselo con sus 7 torres, y Omalo nueva, más moderna.
Parque Nacional del Kazbegi
Este parque de 8.700 hectáreas es un abrupto y verde valle que se encuentra en la ladera norte de la gran cordillera del Cáucaso, a escasos kilómetros de la frontera rusa y alberga el monte que da lugar a su nombre, el Kazbegi, el tercero más alto de Georgia con 5.047m. Stepantsminda es el nombre oficial del principal pueblo de esta región, aún conocido como Kazbegi, y que está a 1.750 m de altitud. Dentro del parque se encuentra el Monasterio de Gergeti o Iglesia de la Trinidad, a 2.170m de altitud, con unas vistas espectaculares al parque y al Kazbegi, que le propician una atmósfera realmente mágica.
Tbilisi
La capital de Georgia alberga yacimientos de aguas termales dan nombre a Tbilisi, que significa Agua Caliente, y que no deja indiferente al visitante. Es una ciudad verde y rodeada de colinas, segura y llena de vida, donde comercios y restaurantes abren todo el día y hasta bien tarde. Tbilisi destaca por sus contrastes, con multitud de monumentos antiguos y muy bien conservados, como la fortaleza Narikala del siglo IV, y sus características casas con balcones de madera tallados, pero tiene a su vez varios llamativos edificios de estilo modernista. En Tbilisi habita un tercio de la población georgiana, que se hace notar en la cantidad de coches que recorren sus calles a un ritmo un tanto acelerado y caótico.
Monasterio de Jvari y Mtskheta
El Monasterio de Jvari, o Iglesia de la Cruz, está construido en lo alto de una colina y es un lugar emblemático por ser donde la Santa Nino instauró el cristianismo, colocando una cruz de madera atada con sus propios cabellos. Desde este lugar hay unas vistas increíbles de Mtskheta y de la confluencia de los ríos Aragvi y Kurá.
Mtskheta, se encuentra en la intersección del Camino Militar y la Ruta de la Seda. Es una villa con encanto de calles empedradas que fue la antigua capital del Reino de Georgia y es patrimonio de la UNESCO. Allí se encuentra la espectacular e histórica Catedral de Svetitskhoveli del s.XI, que alberga multitud leyendas, y donde dicen que fue enterrada la túnica de Cristo. Merece la pena recorrer el entorno de la catedral, rodeada de árboles, fuentes, y pequeños puestos de artesanía y delicias culinarias autóctonas.
Parque Nacional de Lagodekhi.
El Parque Nacional de Logodekhi se encuentra en la región de Kakheti y ofrece todo tipo de paisajes de montaña, bosques, cascadas, cañones, ríos, lagos y picos nevados. Se encuentra en el noreste del país, en la parte meridional del Cáucaso y en la frontera con Azerbaiján y Daguestán. En este bosque casi inmaculado, las hayas, tilos, fresnos y arces, cubiertos por hiedra, se elevan hasta 30 y 40 metros creando una atmósfera realmente mágica. El parque alberga una variada y salvaje fauna compuesta de osos, lobos, linces, ciervos, corzos y jabalíes, entre otras muchas especies.
Parque Nacional de Borjomi Kharaguali y fábrica de agua de Borjomi
Borjomi es uno de los parques naturales más grandes de Europa, con una extensión de 85.000 hectáreas principalmente de denso bosque, mayoritariamente abetos, pero también abundan robles y hayas. Se sitúa en el suroeste de Georgia, en la cadena montañosa del Cáucaso menor y la particularidad de este espacio protegido consiste en su diversidad en cuanto a zonas geográficas, paisajes, monumentos históricos y en su variada flora y fauna; hay que destacar que en Borjomi se encuentra la mayor colonia de osos de Eurasia y varias especies en peligro de extinción.
Fábrica de Agua Bormoji
Se encuentra en esta zona de manantiales única en el país, En 1837 se declaró agua medicinal y esta fábrica local comercializa el agua mineral por todo el país desde 1.890. El agua de Borjomi, naturalmente cerbonatada, es de origen volcánico y su peculiaridad es que proviene de acuíferos situados a 8 km de profundidad, cuando la mayoría de las aguas minerales normalmente no superan los 100 o 200 metros. Su consumo ha sido sugerido por investigadores para tratamientos de enfermedades digestivas y de diabetes.
Ciudad en la roca de Uplistsikhe
Uplistsikhe (la fortaleza del Señor) es una antigua ciudad excavada en la roca en el primer milenio antes de Cristo, a unos 75 km de la capital. Está emplazada en lo alto de un rocoso acantilado en la rivera izquierda del río Kurá. Se pueden visitar varias estancias de aquel entonces, como el teatro, la farmacia, palacios y cárceles subterráneas que nos muestran vestigios de la vida en este lugar.
Bodega de Chardakhi
Chardakhi es una pequeña y sencilla población donde se encuentra la bodega Iago Winery, que elabora el vino de forma tradicional, en vasijas de barro subterráneas (denominadas Krevi), método que en 2013 pasó a ser patrimonio de la UNESCO y también su famoso chacha (vodka elaborado con la piel fermentada de la uva). Los visitantes que vayan en septiembre, cuando se recolecta la uva, podrán vivir la experiencia de pisarla. La pequeña y artesanal bodega está regentada por una pareja de abuelitos encantadores que ofrecen la posibilidad de degustar su una deliciosa comida casera, regada con vinos y licores de su propia elaboración.
Parque Nacional de Mtirala
Con una superficie de 15 806 hectáreas, el parque es un sitio que protege la flora y fauna de Cólquida, incluyendo especies endémicas en peligro de extinción. El territorio del parque es una de las zonas más húmedas del país, de ahí procede su nombre “Mtirala”, que en español significa “llorar”. Es el único Parque de Georgia en el que el mar interactúa con los paisajes de montaña.
Ciudad de Vardzia
Es una auténtica ciudad de cuevas talladas en la pared de una montaña junto al rio Mtkavari, en las proximidades de la localidad de Aspindza a lo largo de una extensión de 500m. Pueden recorrerse a pie sus estancias, comunicadas por túneles o escaleras y ordenadas en gradas, de una profundidad de más 50 metros. Construida por la reina Tamara en 1185, esta ciudadela fue convertida en uno de los centros teológicos más importantes de la región, con su propia comunidad monástica.
Cueva de Prometeo
La cueva de Prometeo fue descubierta en 1984, y es una de las maravillas naturales de Georgia que ofrece a los visitantes con sus impresionantes de estalactitas, estalagmitas, cortinas, cascadas petrificadas, perlas de cuevas, ríos subterráneos y lagos.
En la mitología griega, Prometeo es el Titán amigo de los mortales, honrado principalmente por robar el fuego de los dioses y dárselo a los hombres para su uso, razón por la cual fue castigado por Zeus.
La montaña de Khvamli es visible desde Cueva de Prometeo y es el lugar donde la leyenda dice que Prometeo fue encadenado.
La cueva puede recorrerse pie a través de una ruta de 1.060 metros, y también a través de un paseo en barco por un río subterráneo durante 280 metros.
Cañones de Martvili
Estos espectaculares cañones, que llevan el nombre de la cercana ciudad de Martvili se formaron hace millones de años dando lugar a un paisaje natural con increíbles cuevas, cataratas y pozas de agua color turquesa. Las paredes del cañón están cubiertas de lianas naturales y fósiles milenarios. El cañón se puede recorrer en barco por el río Abash, o caminar a su parte más alta para llegar a unas cascadas de 7 metros de caída.
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